El agua que se envasa
en cada una de las plantas de Agua Pura Salvavidas se extrae de manantiales en
bosques tropicales debidamente protegidos para luego ser trasladada, por medio
de bombas, a las instalaciones en su estado natural. En este punto se le
llama “agua cruda”.
El agua cruda es
acondicionada a través de un tratamiento especializado para lograr la
concentración de minerales deseada y conservar las características de pureza.
Después, es sometida
a un sistema de filtración de varias etapas que garantiza las propiedades de
olor, color y sabor. Ya filtrada se somete a la acción de dióxido de cloro que
es un desinfectante muy potente.
Posteriormente pasa
por un sistema de filtros pulidores para darle a Agua Pura Salvavidas su
cristalina característica. Finalmente el agua es expuesta a un sistema de luz
ultravioleta.
Todos los garrafones
retornables de policarbonato son sometidos a rigurosos procesos automáticos de
lavado y desinfección en los cuales se emplea altas temperaturas, detergentes y
agua ozonizada. A las diferentes presentaciones de envase no retornable se les
aplica un enjuague con lo que se garantiza que el envase está libre de
cualquier contaminante.
Después de ser
lavados y desinfectados los envases, éstos salen de la lavadora y con un
transportador automático son trasladados a la llenadora donde se envasan con
agua de primera calidad.
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